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En mayo, la inflación en Perú mostró un avance significativo en su reducción, alcanzando una tasa del 2%, situándose dentro del rango meta del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) de 1%-3%. Este descenso se debe en gran parte al enfriamiento de la economía peruana, reflejado en la disminución del consumo y la inversión privada.
En términos sectoriales, la mayoría de los sectores productivos, como hidrocarburos, construcción, manufacturero y pesca, experimentaron una reducción. El sector agropecuario fue el único que mostró crecimiento durante este período. Esta contracción en varios sectores productivos se atribuye principalmente a los bajos niveles de inversión privada.
A pesar de un inicio de año complicado, se ha observado una ligera recuperación en el consumo y la inversión privada en los últimos meses, lo cual está alineado con la reducción de las tasas de interés implementada por el BCRP. Esta política ha contribuido a estabilizar la economía, aunque la mejora es aún incipiente.
El tipo de cambio ha incrementado su valor respecto al sol peruano debido a la reducción de tasas por parte del BCRP y al mantenimiento de las tasas de interés en un 5.5% por la Reserva Federal de EE. UU. Este diferencial de tasas, junto con los riesgos económicos y políticos locales, ha fortalecido al dólar frente a la moneda peruana.
En cuanto a los riesgos, la inestabilidad política y las continuas protestas sociales siguen afectando la confianza empresarial y las inversiones. Además, la dependencia de las exportaciones de minerales como el cobre, junto con la evolución de la política monetaria y las tensiones geopolíticas globales, podrían generar volatilidad en los precios y presiones inflacionarias adicionales.
Para junio, se esperan datos importantes sobre el crecimiento económico de mayo y la nueva cifra de la tasa de inflación, los cuales serán cruciales para evaluar la tendencia económica del país.
A nivel global, las proyecciones indican que los países desarrollados enfrentarán un crecimiento más modesto en 2025 debido a condiciones monetarias más restrictivas y el retiro del apoyo fiscal. En contraste, se espera que los países emergentes, apoyados por economías resilientes como la de China, muestren una recuperación más fuerte en 2025.
Las encuestas a distintos agentes económicos muestran una reducción en las perspectivas de crecimiento del PBI para 2024 al 2026. Los más pesimistas son el sector financiero y los analistas económicos, mientras que las empresas no financieras son más optimistas respecto al crecimiento constante en los próximos años.
En resumen, aunque el panorama económico de Perú muestra signos de recuperación, persisten importantes riesgos políticos y económicos que podrían influir en su estabilidad futura.
