En marzo, los fundamentos macroeconómicos del Perú continuaron mostrando señales positivas que respaldan una visión constructiva sobre el desempeño del país en 2025. El crecimiento económico se mantiene dentro de un rango saludable, con proyecciones oficiales del MEF que lo sitúan entre 4.0% y 4.1% para el cierre del año, reflejando una recuperación gradual en sectores clave. En materia inflacionaria, se observa una clara convergencia hacia el rango meta del BCRP, con una tasa interanual de 1.3%, una de las más bajas de la región. Este comportamiento se explica por la corrección en los precios de alimentos, energía y transporte, lo cual ha reducido presiones sobre el consumo interno y ha mejorado el entorno para decisiones de inversión.
Desde el frente monetario, el BCRP mantiene la tasa de referencia en 4.75%, adoptando una postura cautelosa a la espera de mayores definiciones sobre la política monetaria de la Reserva Federal y el impacto de potenciales medidas proteccionistas globales. El tipo de cambio se mantuvo en rangos estrechos entre 3.60 y 3.70, reflejando una menor demanda de cobertura cambiaria y reafirmando la confianza en los fundamentos locales.
En el ámbito de los mercados, el índice EPU acumuló un avance de 7.96% durante el mes, impulsado principalmente por el repunte en los precios de los metales, particularmente cobre y oro, lo cual mejora la posición externa del país y favorece los ingresos fiscales. La inflación controlada y una relativa estabilidad política han contribuido a una mejora en el sentimiento de los inversores institucionales. Hacia abril, la atención del mercado estará centrada en la publicación del dato de crecimiento económico de febrero y la tasa de desempleo de marzo, cifras clave para validar la continuidad del ciclo expansivo y el margen de maniobra para ajustes en política monetaria. En conjunto, el contexto macroeconómico actual ofrece oportunidades atractivas, aunque aún sujetas a riesgos globales y locales que deben ser monitoreados con cautela.