Wall Street cerró a la baja el viernes. A pesar de datos de inflación alentadores y un aumento marginal en el gasto del consumidor, la reacción no fue alcista. La inflación mensual de mayo se mantuvo sin cambios, lo que generó esperanzas de un posible "aterrizaje suave" de la economía por parte de la Reserva Federal. Sin embargo, la incertidumbre política tras el debate presidencial y el débil pronóstico de ingresos de empresas importantes impactaron negativamente en el mercado, reflejando la cautela de los inversores frente a las posibles recesiones y las decisiones futuras de la Fed.
El SP500 se está empezando a estancar. El repunte del índice se ha estancado tras alcanzar un nuevo máximo en junio, y ahora los inversores están a la espera de desarrollos clave en julio. La elevada valoración del índice y la incertidumbre sobre las decisiones futuras de la Reserva Federal, junto con la lectura de la inflación y la reunión de política monetaria, determinarán si el S&P 500 puede mantener su impulso o enfrentará más caídas. La próxima publicación del índice de precios al consumidor y las declaraciones del presidente de la Fed, Jerome Powell, serán cruciales. Si el índice cae por debajo de su promedio móvil de 50 días, podría indicar una tendencia bajista más pronunciada.
NVIDIA intenta recuperarse, pero existe nerviosismo en el mercado. La reciente corrección de Nvidia, que resultó en una caída intradía del 16.1% en solo dos sesiones, ha generado preocupación entre los inversores. A pesar del rebote, la situación se asemeja al estallido de la burbuja de Internet de finales de los 90, sugiriendo que esta recuperación podría ser temporal. Según un estudio de la Universidad de Harvard, la industria de semiconductores, con un alfa de casi 200 puntos porcentuales en dos años, tiene una alta probabilidad de experimentar una caída significativa, poniendo en riesgo la estabilidad de Nvidia y el sector en general.